Destello sensual



Entramos a su casa, Me agacho para darle un beso en la mejilla, me llega un poco más arriba de la rodilla. Está sentada en una alfombrita. Se desplaza sobre ella hasta su pieza, se sube a su cama. Se sienta, se comienza a maquillar con gran destreza, se empieza a volver bella, más aun. Sobre el respaldo de su cama hay un marco de fotos de plumavit, esos que se usan para tomar fotos. Dice "Baby Shower, Jesús". Me dice que su hijo murió hace unos meses, que nació prematuro mientras pasa el pincel sobre sus ojos. Dice que la culpa fue del hospital, que no le querían entregar el cuerpo de su niño. Mientras maquilla su nariz me dice que somos un regalo de su hijo que está en el cielo, para que ella esté bien, para que salga adelante, que se siente bien y bonita, que le gusta sacarse fotos.Yo le digo que se ve linda maquillándose, que vamos al living para que le tomen fotos encrespando las pestañas de sus ojos de madre sin hijo. Se baja de la cama, se pone sobre su alfombrita y se arrastra hasta el living, ahí hay más luz. En la pared está la foto de su hijo con una sonda en su nariz. Sus ojos se enmarcan detrás de los tonos coloridos, sus manos con uñas de princesa sencilla, decoradas con prolija dedicación, parecen mariposas grandes en un cuerpo pequeño. Se tiende en el suelo, le arreglo el pelo, lo extiendo como se le extienden los velos a las novias. El fotógrafo está de pie, apunta con el lente, suena el clic y su imagen se fija, para siempre, como si el "siempre" de verdad existiera. Fotografía: Carlos Candia



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