El hombre de bastón de madera alegre




 La agüita corre transparente por el riachuelo. Alrededor todo es verde, huele a hierbas, a madera recién cortada. La mañana es húmeda en medio del seco valle del Aconcagua. Ella se cambia la polera. Se ríe con la msma cara que recuerdo que tenía cuando era niña. Es casi igual, solo hay canas que el tiempo le ha regalado. Cuando él llega con su bastón de madera habla de su casa, de las tablas con olor a vino de las viñeras, muestra los espacios, las puertas recicladas del hotel Valdivia, que el mismo ha puesto. Dijo que era "oficialmente cojo", también es "oficialmente simpatico". Miramos el lugar, el fotógrafo busca la luz, la mejor. Cuesta elegir, la luz es buena para ellos en muchos lugares y también de muchas formas. Cada lugar es una bella locación. Se sienta ella en la hamaca, en el sillón, en la orilla del agua. Se abrazan, se besan, se rozan para la imagen, pero también para ellos. El gato rucio y de ojos verdes quiere aparecer en todas la fotos. Yayito , el perro de pelo blanco, como la madre de ella, también. Nos cuentan la historia de la profe que pedía "más", la historia de moteles en giras de estudios en Estados Unidos, la historia de la amiga "calladita". Les entregamos envases de lubricante YES, nuestro auspiciador. Ellos hacen bromas. Son chistosos, nosotros nos reímos, de ellos, con ellos, de nosotros. Yo pienso que tenemos suerte de tener este trabajo. Cada foto es como un regalo nuevo y bello, en su forma, en su fondo y en su resultado. Una foto no es solo una foto. Proyecto: La Belleza Diversa. Fotografía:Carlos Candia.

 

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