Heroína hermosa




Salió a comer con las amigas, algo no le cayó bien. Fue al baño, se desvaneció de dolor de estómago. Le pide al padre que la lleve a la clínica. No se mantiene sentada, se recuesta en el asiento trasero. El auto parte, avanza por las calles. Viene otro auto, le pega a la puerta, la puerta a su cabeza, se comprimen las vértebras. Es solo un topón, no hay sangre, pero algo ya no está conectado. Un hilo se ha cortado. Ella le da la cara al dolor, lo mira de frente, se rehabilita, se hace amiga de las ruedas. Enfrenta al poderoso, le dice en la cara que lo de ellos es un negocio, no una lucha por fortalecer sujetos de derecho. No se muerde la lengua, no se queda callada. Su rudeza se vuelve dulzura en sus ojos, cuando no tiene que enfrentar lo injusto, cuando se toma un té de menta y me pide que le ayude a echarle la miel. Fotografía: Luis Hidalgo.



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