Refugiada en el amor



Estaba tomando desayuno. Caminó al dormitorio y algo no andaba bien. Tembló, se comenzó a apagar de a poco. Él le sacó el pijama, la vistió. Ella lo miró, dejó de hablarle, él la vió alejarse dentro de sus ojos, como los que parten y sabemos que podrían no volver. La llevó al hospital, le dijeron que moriría, que debería donar los órganos, él dijo que solo dios sabe eso, que tenía fe, el doctor dios, lo miró y no dijo nada. Durmió por meses como duermen la princesas narcolépticas de los cuentos. Él sabía que despertaría y metía la fe en su bolsillo para que no se le escapara. Ella se devolvió del camino oscuro, dejó la tiniebla atrás y aprendió a vivir con su nuevo cuerpo. Cada parte se comenzó a mover y las palabras se acordaron de su lengua. Él la cuida, la baña, la peina. Él dice que cuando está dormida parece que nada hubiera pasado. Él se la arrebató a la oscuridad, es lo único que realmente importa. Él la saca de la silla, se la sienta sobre sus rodillas en el sillón, la luz del otoño se cuela tibia por la ventana y la abraza mirando a la cámara. El fotógrafo dispara y yo me guardo la historia atragantada en la garganta.

Comentarios

  1. Hermosa mi niña, gracias Felipe por siempre estar a su lado y no dejarla... Un abrazo para ambos

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  2. Bella historia hecha palabras. Un grande Amor.

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  3. Pensar que soy testigo de ese bello y sincero Amor... Grandes chiquillos son un verdadero ejemplo a seguir!!🙋

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  4. Pensar que soy testigo de ese bello y sincero Amor... Grandes chiquillos son un verdadero ejemplo a seguir!!🙋

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