La palabra Mielofibrosis







Se llama mielofibrosis la enfermedad, dijo el doctor. Mi bazo crece y seguirá creciendo, yo siento como me tira y oprime. Yo no conocía la palabra, qué va a saber una,  esa es cosa de médicos y entendidos. Somos pocos los que en Chile cargamos con esto. 

Yo he tenido una vida de altos y bajos, de amor y desamor, de esfuerzo, de sudor. Salir adelante y sobreponerme ha sido una constante, desde joven. Soy madre y ser madre obliga a caminar hacia adelante. Yo he sabido de quiebres, de empezar de nuevo, nada se puede detener, hay que salir adelante, pero cuesta, sobre todo para quienes tenemos menos recursos.

Cuando una mujer se enferma en la casa se resiente todo. Duele el cuerpo, duele el ánimo, duele el bolsillo. Hay remedios que aunque queramos,  no podemos comprar, vivir con menos dolor o vivir más tiempo es un lujo que pocos pueden pagar, yo no. 

Cómo me gustaría que una barita mágica hiciera que no avanzara mi enfermedad, yo pienso en eso en las noches. Como sea me doy ánimo, miro a mis pájaros en su jaula y sus trinos me alegran la vida, yo sigo gozando de las cosas simples de la vida, porque la vida es una sola y hay que saber gozarla a concho, venga como venga.

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